El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Bielorrusia, Anatoly Glaz, afirmó este viernes que Estados Unidos (EE.UU.) no tiene derecho a dar clases sobre derechos humanos y democracia, al ser “uno de los campeones mundiales en cuanto al número de normas de legislación interna completamente draconiana”, siendo una prueba de ello el secuestro del diplomático venezolano Alex Saab.

El representante de la diplomacia bielorrusa denunció que en EE.UU. “son golpeados en régimen de aislamiento más de 1.106 “prisioneros del 6 de enero”; Cecil Rhodes, que ni siquiera se había acercado al Capitolio, fue condenado a 18 años de prisión, supuestamente por asaltarlo, y Joseph Biggs, que no tocó a nadie, recibe 17 años, donde un diplomático venezolano en funciones, Alex Saab, está detenido ilegalmente en la prisión”, enumeró.

En rueda de prensa, Glaz señaló que en territorio estadounidense son comunes las prácticas como la “vigilancia de ciudadanos, arrestos infundados, torturas autorizadas, prisiones fuera de la jurisdicción nacional, etc”.

Cinismo

El diplomático se refirió a las declaraciones del Departamento de Estado (Dos) y el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) acerca de la lista modificada de acciones consulares en las misiones bielorrusas y su “preocupación” por los ciudadanos bielorrusos, calificándolas como “el colmo del cinismo”.

“No hay derecho a enseñar a nadie la democracia y los derechos humanos. Nuestros homólogos sugirieron que la adopción del Decreto supuestamente perjudica a miles de bielorrusos, pero al mismo tiempo callaron disimuladamente sobre el daño que sus acciones causan a millones de nuestros compatriotas”, dijo Glaz, citado por la Cancillería.

Asimismo, destacó que “sectores enteros de la economía bielorrusa con cientos de miles de empleados están sujetos a sanciones ilegales” y “por capricho de los dirigentes estadounidenses, incluso la venta de billetes para nuestros ciudadanos y el mantenimiento de los aviones son limitadas, el suministro de suministros médicos importantes para el tratamiento de los bielorrusos es limitado y los pagos electrónicos para empresas y entre familiares en lados opuestos de la frontera son difíciles”.

Sin embargo, Glaz reiteró la disposición de su país para conversar con EE.UU. y sus aliados, “pero sólo por un diálogo mutuamente respetuoso. Dar conferencias no es para nosotros ni para una Bielorrusia independiente”, finalizó.